¿Estás dispuesta o dispuesto a pagar el precio para conseguir el éxito?

Dices que quieres mejorar tus marcas pero no estás dispuesta/o a trabajarte tus emociones porque te duele. Sueltas lo de que quieres cambiar de trabajo y no estás dispuesto/a a seguir formándote porque te da pereza. Dices querer perder unos quilos pero no piensas renunciar a comer y beber lo que te plazca cuando sales fuera de casa. Reconoces necesitar tener hábitos saludables pero, para hacer deporte, el gimnasio te parece caro, para otros deportes tienes dolencias físicas incurables y salir fuera a correr o en bici es de locos/as en invierno por el frío y en verano por el calor. Suspiras por encontrar una pareja a tu medida y no piensas cambiar nada de tu ser porque tu eres así y quien tenga que quererte lo hará tal y como eres. Y podría seguir hasta la saciedad explicando situaciones de Deseo-Excusa que seguro que habéis vivido como protagonistas o como actores/actrices secundarios/as.

Ya sea por que lo desconoces, por que te niegas a verlo o por que no le das la importancia que merece, llegar a tener éxito en la vida, y véase que cada uno tiene su definición de éxito y lo que para unos éste será ganar el campeonato mundial de Moto GP (éxito deportivo), para otros será convertirse en CEO de una gran empresa (éxito profesional), para unos terceros poder viajar por el mundo con una mochila y sin preocupaciones (éxito vital) o para los/las últimos/as será tener una familia maravillosa (éxito familiar), cualquiera de ellos tiene un precio que hay que pagar (no solamente económico) y que todo el mundo no está dispuesto a pagarlo por mucho que simule lo contrario.

En mi opinión el éxito está basado en equilibrar las 5 áreas de las que hablo en “el modelo poliedric” y ello significa que te sientas realizado en los ámbitos espiritual, mental, físico, energético y económico. Sin dedicarle demasiado tiempo porque ya lo podéis leer en el artículo que le dedico a este modelo, el resumen es que si no tienes desarrollada ninguna de las áreas estás sumido en el fracaso. Si tienes desarrolladas algunas o bien las tienes desarrolladas todas pero de manera muy irregular en cuanto a la evolución de cada una de ellas, tu vida está siendo irrelevante o puedes estar teniendo un éxito vacío. Si, por el contrario, tienes todas las facetas en plena evolución y en equilibrio es que el éxito forma parte de ti.

Os pongo tres ejemplos anónimos pero reales, uno en el ámbito deportivo, otro en el empresarial y el tercero a nivel personal:

#CASO 1#

Un deportista profesional al que le había costado mucho llegar a la élite. Tenía unas condiciones físicas y una fortaleza mental extraordinarias y ello le había llevado a llegar muy arriba. Pero justo en ese momento, en el de dejar de ser muy bueno para pasar a ser el mejor, cuando más debería estar disfrutando de lo conseguido y de lo que estaba por conseguir desde una nueva posición privilegiada, no lograba ninguno de los objetivos que se planteaba y, no solo no mejoraba, sino que empeoraba. Presión, miedo, lesiones fantasma, problemas estomacales sobrevenidos, insomnio, ansiedad… era capaz de sabotearse, sin ser consciente, de cualquier manera imaginable. Cuando hablamos sobre el tema le pregunté hasta que punto estaba dispuesto a comprometerse y él me dijo que hasta el final. Entonces descubrimos que las áreas física, mental i económica estaban perfectamente equilibradas pero que tenía un déficit importante en la espiritual (propósito, principios y valores) y aún mayor en la energética (emociones). Dicho esto empezamos a indagar cómo podría mejorar hasta lograr el equilibrio y lo que fue descubriendo significaba mirar muy adentro de sí mismo para cambiar creencias limitantes y liberar emociones encerradas, así que decidió no seguir para no sentir dolor. Posiblemente su compromiso no era tan grande cuando descubrió el precio que tenia que pagar así que decidió ser bueno pero no ser el mejor.

Entrenar mucho y cuidarte al extremo quizás te sirva para ser muy bueno o buena, pero para ser el o la mejor deberás comprometerte contigo mismo o misma hasta las últimas consecuencias, por mucho que duela, y en todo los ámbitos de tu vida.

#CASO 2#

Una trabajadora de una empresa que no se sentía a gusto en su trabajo. Tenía una relación fluida con sus compañeros, sus trabajadores y con sus superiores, y estaba bien considerada en la empresa. Llevaba tiempo en ella y sus expectativas de crecimiento tanto a nivel laboral como salarial no estaban satisfechas a pesar de recibir promesas inconcretas por parte de los socios de la misma. Todo ello le sumió en una situación de desidia, aburrimiento, desdén, ansiedad y decepción. La evolución lógica de esta trabajadora era, irremediablemente, y mas pronto que tarde, el abandono o el despido. Hablamos entonces de cuanto le importaba el trabajo, de para que quería seguir en esa empresa, de cuales eran sus expectativas y de hasta donde estaba dispuesta a comprometerse para conseguir sus objetivos, a lo que ella respondió que hasta donde hiciera falta. Dicho esto descubrimos que era una persona con un gran equilibrio espiritual (propósito, principios y valores), energético (emociones) y mental (conocimientos y experiencias), pero que su mal estado físico y de salud y, su situación económica precaria, le hacían tomar decisiones equivocadas constantemente porque las tomaba en base a la carencia y la escasez. El plan de acción que construimos le llevó a sanear su situación económica y a recuperar hábitos saludables provocando automáticamente la homeostasis de las 5 áreas permitiéndole tomar decisiones basadas en la abundancia y el crecimiento. Fue lento y fue desagradable en muchos momentos pero su compromiso se mantuvo intacto y como consecuencia pasó a tener un puesto de alta dirección con más responsabilidad y mucho mejor sueldo.

Vas a tener dinero cuando no necesites el dinero y vas a tener un buen trabajo cuando tu te hayas convertido en la persona ideal para ese puesto. Para poder mirar hacia delante debes comprometerte a que harás lo posible y lo imposible por mantener la cabeza alta.

#CASO 3#

Un hombre con una buena situación económica que deseaba tener una relación amorosa sana y duradera pero al que se le repetían constantemente patrones de parejas absorbentes y poco flexibles. Ciertamente era bien parecido y su situación era estable, aunque estaba muy absorbido por su trabajo lo que le dejaba poco tiempo para conocer gente más allá del entorno laboral, de aplicaciones de móvil o de algún local nocturno al que se acercaba con amigos de vez en cuando. Amante del deporte de toda la vida hacía ya tiempo que no lo practicaba y esto se había reflejado en su cuerpo y en su carácter con lo que se aferraba con fuerza a cualquier oportunidad de tener una relación sentimental que tuviera y se sometía en aras de conservarla a cualquier precio. Hablamos no hace mucho tiempo y llegamos a la conclusión de que de las cinco areas él tenía equilibradas la mental, la espiritual y la económica pero, en cambio, la energética y la física se encontraban en mínimos históricos. Fue entonces cuando le pregunté hasta que punto tenía intención de comprometerse a lo que me respondió que hasta las últimas consecuencias. Por todo ello trazamos un plan que, sorpresivamente, dejó de lado la búsqueda de pareja para centrarse en recuperar la práctica deportiva, los hábitos saludables y generar endorfinas y dopaminas. La mejora de la autoconfianza, el cambio de entorno, abrir la puerta a nueva gente derivada de su nueva práctica deportiva y la autorealización sin depender de una pareja, le llevó a la homeostasis de las 5 areas. Actualmente vive con una pareja.

En muchas ocasiones lo que en realidad nos va a hacer felices está latente detrás de unas creencias y patrones que nos limitan y, en todas esas ocasiones, el cambio de hábitos nos salva liberando nuestra mente.

En definitiva, la mayoría de la gente, por suerte cada vez menos, decide pasar de puntillas por la vida, sin aprender nada significativo y sin dejar ninguna huella que les haga arrepentirse de pocas cosas el día del juicio final. Gente normal con vidas corrientes basadas en sobrevivir, envidiar e idolatrar. Y esto les sucede porque destacar, sobresalir o, simplemente mejorar, requiere un esfuerzo que no todo el mundo quiere hacer porque es más fácil esconderse detrás de infelicidad, mentiras, quejas y adicciones. Aún así no tengo ninguna intención de endiosar a unos pocos y aborrecer a otros muchos ya que requiere el mismo esfuerzo o más hacer el camino de vuelta al mundo real cuando has tocado el cielo, y tampoco están dispuestos a hacerlo a pesar de tener móvil, medios y oportunidad, y como muestra tenemos multitud de gente de élite caída en desgracia o desaparecida por no aceptar su realidad.

Conclusión: Cada vez que alguien empiece una frase con “es que” huid de él o ella porque siempre va a tener una excusa para no tener que comprometerse.

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